¿Sabes qué es tu don? Si lo sabes, ¿lo estás usando? Si no lo sabes, necesitas orar para que Dios te lo revele. Hay una gran bendición para ti y para el resto del cuerpo cuando usas y compartes tu don con el cuerpo, que es la iglesia. Todo verdadero creyente es parte del cuerpo de Cristo Jesús. Y todos tenemos importancia en el cuerpo. Nos necesitamos uno al otro.
Propósito de la Escritura: Pablo deseaba que todos los que anhelaban una madurez a semejanza de Cristo recibieran este escrito. El libro de Efesios describe la disciplina necesaria para convertirse en verdaderos hijos de Dios.