En este capitulo hemos visto que un cristiano es completamente victorioso:
Somos libres de ser juzgados, porque Cristo murió por nosotros y somos justificados. Somos libres de ser derrotados, porque Cristo vive en nosotros por medio de Su Espíritu Santo, y compartimos en Su vida. Somos libres del desanimo, porque Cristo viene por nosotros y compartiremos en Su gloria. Somos libres del temor, porque Cristo intercede por nosotros, y no podemos ser separados de Su amor. ¡No condenación! ¡No obligación! ¡No frustración! ¡No separación! “SI DIOS ES POR NOSOTROS, ¿Quién CONTRA NOSOTROS?”
El “evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.“