La profecía: Habla a los hombres para su bien; se puede entender; edifica a la iglesia; y es el don mayor. Las lenguas: Hablan a Dios para el bien del que habla; no se comprenden, solo con interprete; efifican al que habla; y es el don menor. Las lenguas no se ganan, no salvan a los perdidos, pero la profecía trae convicción, y conocimiento de nuestro Dios, de nuestro Salvador Cristo Jesús.
Propósito de la Escritura: Pablo deseaba que todos los que anhelaban una madurez a semejanza de Cristo recibieran este escrito. El libro de Efesios describe la disciplina necesaria para convertirse en verdaderos hijos de Dios.