Es un gran error mirarse a uno mismo en vez de mirar a Dios. Confía en Dios y no en la carne, no en tus habilidades, o en tus posibilidades. Él, Dios es el que hace la obra. Es en nuestras debilidades o inhabilidades que Él muestra Su poder.
El mensaje de Dios a través de Su Palabra es lo más importante. No la persona dando el mensaje. Si Dios no es el Señor de todo en nuestras vidas, no es el Señor de nada en nuestras vidas. ¿Cómo puedes decir, NO Señor? Si le dices no, no es el Señor de tu vida. Hay que poner nuestros hogares en orden para poder servir a nuestro Señor.